viernes, 5 de marzo de 2010

Suspiros de un pasajero

Parece que en cuanto más pensaba en ella
más se alejaba, corría para volverse pasado,
más se escondía, y su corazón se volvía mármol,
mis dedos se quedaron escondidos entre la pluma y el papel,
entre la música relajante y los sueños de su nombre...

las tazas no se golpean ya,
el frío es mas fuerte cuando abraza a un sólo cuerpo,
esta casa ya sólo me mira a mi,
mis zapatos, mi cinto café y el polvo
son los tristes que escuchan la música que canto..

Canto a solas porque no le quiero cantar a nadie,
y de vez en cuando, cuando cantó en aquel café,
trato de no ser yo, trato de que solo sea mi voz la que canta
y mi cuerpo un solo armazón del pequeño show..

No le canto a nadie porque el corazón se enternece,
se vuelve débil, se desangra,
no le canto a nadie, porque prometí no volver a hacerlo,
porque las notas son tan efímeras, tan fugaces,
que sólo traen silencios,

trato de viajar siempre,
de no quedarme un lugar por mucho tiempo,
para no cargar con recuerdos,
para no sentirme solo, aunque al final
prefiero cantarle a la soledad..

El viento es el mejor compañero,
y sobre todo en estas tardes de centro y nubes,
cuando entre tanta gente, sólo se puede ver mi sombra en el suelo...

suspiros de un pasajero...


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