viernes, 14 de mayo de 2010

Buscándote

A veces me divierte eso de pensarte
sentada en la inóspita soledad de tu cuarto,
en cómo dibujas las últimas sonrisas que nunca pasaron,
en cuando te recuestas y haces el intento de dormir, triste intento.

Otras tantas también me gusta saberte
cuando te cobijas la pared fría y sucia, desgastada por el tiempo,
cuando como hoy y los jueves, caminas a la ventana y miras
a los más viejos esperando la sonrisa de los más nuevos.

tu cuarto ha sido tu vida,
el triste closet, tu caja fuerte de cartas
y regalos olvidados en el tiempo,
tu buró y la vieja lámpara que te regaláron en un cumpleaños,
son los que detienen tu vaso de agua,
para calmar las sofocantes noches
y aquel libro que te llena de sueños
y regresa algunos recuerdos,
tu ventana, óptico pasaje de espionajes y luces nocturnas de luna;
y tu cama, mar de lágrimas que sólo tu sabes la causa,
cuna de grande, y tumba de metas rotas, silenciadas.

Eres tu la mujer extraña y sin identidad que aún no logro descubrir,
eres tu la musa por la que esta noche me encuentro escribiendo,
a la que le divierte pensarme sentado en el silencio de mi cuarto,
a la que otras tantas le gusta saberme indefenso,
pensativo y escritor a ocho dedos de ti,
eres tú mi conciencia que me recuerda que sigo buscándote...